Reflexiones sobre el amor desde la Psiquiatría

REFLEXIONES SOBRE EL AMOR DESDE LA PSIQUIATRÍA

El ser humano buscará a lo largo de su vida sentirse amado, usará todos sus recursos para conseguirlo y poco a poco se dará cuenta que solo lo logrará amando.

Al celebrarse hoy el Día del Amor, la Asociación Psiquiátrica Peruana hace estas reflexiones para revalorar el amor como aspecto fundamental para la vida del ser humano, como promotor de relaciones interpersonales y de una convivencia social saludable.

Las personas necesitan sentirse amadas, experimentar el amor maternal de sus primeros años y durante su vida usarán todos sus recursos disponibles para volver a tener la satisfacción de sentirse amadas. No obstante., unos antes que otros llegarán a la conclusión de que la única forma de lograrlo es amando.

Aunque parezca un juego de palabras, si bien el deseo y el impulso son componentes esenciales del amor, el amor es un sentimiento que se encuentra influido por la voluntad, la decisión y el razonamiento.

Decidimos amar cuando aceptamos al otro con sus virtudes y defectos, sin pretender cambiarlo ni manejar su vida, respetando su individualidad, con la voluntad de compartir su vida como pareja, amigo o familiar.

El sentimiento del amor tiene un impacto absolutamente positivo en los seres humanos, nos da ilusión, nos anima, fortalece nuestro sistema inmunológico, libera endorfinas en nuestro organismo que aumentan nuestra sensación de bienestar y nos ayuda a soportar el dolor físico o psíquico que puede causarnos cualquier situación.

El amor, lo buscamos puro, pero es necesario ser conscientes que puede traer consigo sentimientos destructivos que debemos identificar cuando se presentan en una discrepancia o desencuentros con nuestros seres queridos.

De esta manera, al mismo tiempo que se ama, uno puede sentirse inundado de sentimientos ambivalentes frente a quienes amamos y frente a nosotros también. Cuando esto ocurre mantener la calma necesaria para pensar, puede ser tarea difícil y podemos quedar atrapados en una relación con alto nivel de destructividad.

Si no podemos separarnos de una relación destructiva o llamada tóxica, si no podemos preservar el amor, es decir, mantener el diálogo, la comprensión y el reconocimiento de la persona con diferencias que puedan resolverse, lo más saludable siempre será admitir que se necesita ayuda y salir a buscarla.